Y es que cuando somos pequeños siempre queremos ser mayores, porque pensamos que la vida es sencilla, es fácil, pensamos que de pequeños nos aburrimos y queremos crecer rápido. Pero cuando nos damos cuenta de que estamos creciendo y que ya no somos esos niños que eramos, nos damos cuenta de que la vida es totalmente diferente... Vemos las cosas desde otra perspectiva, vemos que nada es lo que parece, que la vida es complicada, que hay que pensar las cosas antes de hacerlas o decirlas, que hay que tomar decisiones demasiado complicadas, que hay que disfrutar de la vida como sea... Y siempre se nos pasa por la cabeza el deseo de volver a ser lo que eramos, de volver a la infancia y no crecer nunca#
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